El funeral es un ritual simbólico que nos ayuda a comprender y expresar nuestros pensamientos y/o sentimientos respecto a la muerte de un ser amado. Sin embargo, la cultura moderna ha desestimado el valor de estos rituales a veces evadiendo los verdaderos propósitos significativos que tiene en la familia de la persona fallecida. Enfrentando a la realidad de la muerte, el funeral permite a los dolientes encontrar un espacio de contención mutua en la que un rico legado de creencias, tradiciones y símbolos son puestos en marcha para dar el primer paso hacia un proceso que permita la readaptación a esta ausencia.

AFRONTAR LA REALIDAD DE LA MUERTE

Cuando recibimos la noticia de la pérdida de un ser querido, entramos en shock sin poder comprender ni aceptar su ausencia.

Cuando muere un ser querido, muchas personas suelen pensar que cuanto antes puedan organizar el funeral y volver a sus casas será mucho mejor ya que no tendrán que soportar tanto dolor. Sin embargo, nada más alejado de este pensamiento… Según el Departamento de Sociología de la Universidad de Minnesota, las personas que no asisten al funeral o deciden no ver el cuerpo de su ser querido presentan una mayor hostilidad luego de esta muerte incrementando las posibilidades de consumo de alcohol y sedantes debido a una mayor dificultad para ajustarse ante una dolorosa realidad ¿Sabes por qué? Cuando un familiar muere, aceptamos esta realidad en dos instancias. Por un lado, nuestra mente reconoce esta pérdida y nos dice intelectualmente que este ser querido ha fallecido. Por otro lado, con el transcurso de las semanas comenzamos a reconocer esta muerte desde nuestro corazón requiriendo de la compañía de nuestros amigos y familiares para sobrellevar este dolor. En este sentido, el funeral nos enfrenta con la realidad e irreversibilidad de la muerte ayudándonos a la comprensión intelectual de esta pérdida… Cuando comenzamos nuestro contacto con la funeraria, elegimos el ataúd, determinamos el tipo de servicio y cuando vemos el cuerpo no tenemos otra salida que aceptar que la persona que amamos ha muerto… somos testigo de un final que nos brinda la oportunidad de darle un adiós.

VALIDAR TUS EMOCIONES

Las ceremonias funerarias son espacios simbólicos donde se valida la expresión de emociones y pensamientos entorno a la pérdida.

Los funerales no son sólo una ceremonia para honrar a quien ha fallecido sino que principalmente es un ritual donde confrontar con la angustia de esta pérdida compartiendo estas emociones con quienes te rodean. Luego de aceptar intelectualmente su partida, nuestro corazón comienza a sentir la profundidad de este dolor… Abrazamos la tristeza en todas sus dimensiones, lloramos sin consuelo y lamentamos esta última presencia al lado nuestro. En este sentido, los funerales permiten a los dolientes encontrar un espacio socialmente válido para expresar las emociones y pensamientos producidos por esta pérdida brindando un primer paso esencial para poder sanar. Se trata del lugar y momento más importante en el que amigos y familiares podrán sentirse libres de expresar abiertamente esta angustia encontrando así un sistema de apoyo mutuo socialmente tolerado.

APOYO DE FAMILIARES Y AMIGOS

Los funerales son espacios públicos socialmente válidos para recibir contención mutua.

Escuchar, abrazar o tomar la mano parecen ser gestos difíciles de hacer en una sociedad que parece que intenta cada vez más ocultar sus sentimientos en público. Sin embargo, los funerales siguen siendo el lugar público por excelencia donde familiares, amigos y conocidos de la persona fallecida se encontrarán para ofrecerse apoyo mutuo ante el desconsuelo de la pérdida. Sin vergüenza ante la mirada de los demás, esta ceremonia permite expresar físicamente un acompañamiento mutuo de escucha y comprensión mediante gestos de cariño como abrazar, tocar, besar, etc. Cuando las palabras se desvanecen ante un dolor inmenso, estas demostraciones físicas de apoyo son una herramienta curativa primordial en el proceso de duelo haciendo saber al doliente que no está sólo en su dolor. Públicamente le estamos diciendo “aquí estoy para acompañarte y ayudarte en lo que desees” en un ambiente de respeto y calidez.

NUEVO SENTIDO A LA VIDA

La muerte de un ser querido nos enfrenta a preguntas existenciales respecto a la vida y la muerte.

Es en este espacio donde se redefine nuestra propia identidad en función de las relaciones que tenemos con quienes nos rodean… Cuando un ser querido muere solemos decir “una parte de mí ha muerto” lo que demuestra claramente el valor que los demás tienen en la definición de nuestra propia identidad. Cuando pierdes a un ser querido debes encontrar un nuevo sentido a esta vida en la que este rol en el grupo social que tenías como padre, hermano, tío, hijo, etc. encuentre un nuevo vínculo y modo de expresarse. Es por eso que solemos plantear un verdadero cuestionamiento a la vida y a la muerte ¿Por qué tuvo que morir si era tan bueno? ¿Qué sucede luego de la muerte? ¿Cómo haré para seguir sin él o ella? ¿Por qué siento tanto dolor? Estas preguntas no sólo te permitirán conciliar con el dolor profundo que sientes sino que además te ayudarán en la búsqueda de un sentido a la vida y a la muerte de tu ser querido como así también una explicación para tu propia vida y muerte. No se trata de encontrar respuestas definitivas e irrefutables sino que se trata de ofrecer una respuesta personal e íntima al por qué sucede esto para que después podamos definir el cómo seguir viviendo.

RECORDAR A QUIEN MURIÓ

En el funeral iniciamos el largo pero necesario camino de resignificación de nuestra relación con quien partió.

Un paso esencial para avanzar en un proceso de duelo saludable es brindar un nuevo significado a este vínculo que nos unía con la persona que ha fallecido. De esta manera, podremos pasar de un vínculo basado en la presencia hacia un vínculo basado en los recuerdos. El funeral ofrece un espacio y momento socialmente válido en el que compartiremos con otros miembros de la familia y amigos aquellos buenos y malos momentos compartidos con la persona que murió permitiéndonos centrar nuestros pensamientos en esa relación que teníamos en el pasado pero que ya no volverá a ser la misma. De esta manera, no sólo estamos legitimando nuestro dolor sino que afirmamos el gran valor que tenía para nosotros esta persona encontrando resplandores personales impensados en las anécdotas y recuerdos que se relatan. En este sentido, los funerales otorgan la gran oportunidad de escuchar cómo tu ser querido ha influido en la vida de sus familiares y amigos trayéndote una gran tranquilidad y gratitud.

Queridos lectores, como han podido observar, el funeral más que un servicio para honrar la vida de quien ha muerto, es un ritual primordial para los seres queridos que están vivos permitiéndoles iniciar lentamente un proceso de sanación con la finalidad de que encuentren un nuevo sentido a la vida.

¿Cómo has afrontado el funeral de tu ser querido? Comparte tu experiencia con otros dolientes.

FUENTES:
https://www.pfda.org/pfda-value-of-a-funeral/
https://griefwords.com/index.cgi?action=page&page=articles%2Fritual.html&site_id=3
https://www.meaningfulfunerals.com/meaningful-funerals/why-have-a-funeral/