Por Julio Vicente Pérez, Coach de Duelo.

Cómo evitar que Pepe Grillo se convierta en un Tiranosaurio Rex

Muchos de nosotros conocemos la historia de Pinocho y su amigo Pepe Grillo. Pepe es un elegante insecto de sombrerito azul que ayuda a Pinocho a distinguir entre una acción correcta y una incorrecta. Así es la voz interna que surge en nosotros en muchos momentos y especialmente esta voz es nítida en momentos de duelo, haciendo aparecer, a menudo, esa mezcla de sentimientos amargos que llamamos culpa.

Este diálogo interno entre Pepe Grillo (la parte de nuestra conciencia que nos culpabiliza) y Pinocho (la parte nuestra que se siente inculpada) en principio, no tiene que ser perturbador o negativo. Esto es, lo que en el área de la salud psíquica llamamos “culpa sana”. Esta conversación con nosotros mismos puede llevar a la reflexión y a distinguir de lo que somos responsables, cualquiera que hayan sido los hechos reales, a fin de completar asuntos pendientes y enmendar, indemnizar o resarcir acciones prácticas o simbólicas en relación a la pérdida.

A veces, no sucede así. En lugar de ocuparnos sanamente de la “voz de la culpa” el diálogo interno crece hasta ser un tormento existencial, Pepe Grillo se convierte en un monstruo del pasado, gigantesco como un Tiranosaurio Rex que nos amenaza y nos impide vivir en paz, complicando el proceso de duelo.

Nos quedamos congelados en el presente y nos sentimos terriblemente mal por acciones que en el pasado hicimos o dejamos de hacer, por asuntos que la mayoría de las veces estaban fuera de nuestro control.

Esto produce que busquemos auto-castigarnos para “expiar” nuestros sentimientos de culpa, a veces, incluso, llegamos a enfermarnos físicamente: nuestro sistema inmune se debilita, desarrollamos trastornos de ansiedad, gastrointestinales o hasta cardiovasculares. En estas ocasiones los psicoterapeutas hablamos de “culpa no sana o neurótica”.

Cuando esto ocurre el tiranosaurio interno de la culpa nos arroja frases encabezadas por el “Si hubiera…, “si no le hubiera hecho esto”, “si le hubiera llevado antes al médico”, “si hubiese ido a otro doctor”, “si no hubiera hecho caso de lo que me dijeron”, “si hubiera conducido yo”, “si hubiese actuado diferente” y larguísimos etcéteras de frases auto-recriminatorias.

A la postre, este monstruo es alimentado no sólo por nuestra voz interna sino también, a veces, por allegados que nos dan más argumentos para sentirnos culpables, con actitudes (se alejan de ti, no te hablan), y otras veces con acusaciones verbales directas: “tú tuviste la culpa”, “mejor no te hubiese conocido”, “lo enfermaste…”.

Hay que mencionar también que podemos vivir en contextos culturalmente exigentes, con patrones sociales inflexibles que agravan los sentimientos de culpa.

Por todo esto es importante aprender a manejar la culpa para poder vivir un duelo sano.

Desde mi experiencia como psicoterapeuta de duelo acá comparto algunas sugerencias que hago con frecuencia a mis pacientes en duelo, ellas podrían ayudarte para evitar que Pepe Grillo se convierta en Tiranosaurio Rex:

1. Exprésate ante un interlocutor adecuado:
Durante el duelo es importante encontrar a una persona que con empatía pueda escuchar nuestros temores, dudas y sentimientos, alguien que esté libre de evaluaciones y juicios rígidos. Solo el hecho de poder verbalizar y ser escuchados en relación a nuestros pensamientos culposos puede aliviarnos emocionalmente. Este interlocutor puede ser un familiar o un amigo que pueda comprenderte, pero también puedes encontrarlo en un grupo de apoyo al duelo o en un terapeuta de duelo.

2. Reconoce tus limitaciones como ser humano:
Muchas veces nos sentimos responsables por cosas que no pudimos controlar, que objetivamente no estaban en nuestras manos. Es importante considerar minuciosamente, por ejemplo, cuando no tenemos la capacidad de anticipar peligros o interpretar señales de riesgo que pudieron haber causado una pérdida.

3. Aclara tus responsabilidades con quienes te inculpan:
Busca dialogar y aclarar malentendidos con personas en tu contexto cercano que te increpan como posible causante de una pérdida. Si no están disponibles para un encuentro cara a cara puedes escribirle un mensaje, expresando tu papel responsable y limitado en las circunstancias que ocurrieron. Si también esto falla, puedes recurrir a mediación a través de un tercero profesionalmente entrenado para manejar conflictos como terapeuta, conciliador o juez de paz.

4. Practica actividades para el bienestar:
En lugar de mantener tus pensamientos alrededor de ideas culposas, date el permiso de hacer una tregua en tu diálogo interno a través de la oración o de la práctica de algún tipo de meditación. También puedes realizar tareas manuales, ejercicios rutinarios o refugiarte en la naturaleza.

5. Toma acciones para enmendar el error, si lo hubo:
Transforma los sentimientos de culpa en responsabilidad buscando acciones concretas para corregir los errores que pudieras haber cometido. Si te viste involucrado en un accidente, busca como indemnizar a los afectados hasta donde esté tu alcance; ofrécele tu ayuda a los familiares para minimizar la pérdida. Si esto no es posible, trata de realizar un acto simbólico en honor a quien ya no está: busca realizar una donación a una fundación para la prevención de enfermedades, realiza acciones solidarias en tu comunidad o únete a un grupo de voluntarios sociales.

6. Busca ayuda profesional:
Si todas las anteriores sugerencias fallan y sigues sintiéndote culpable, es importante que busques ayuda profesional con un especialista en duelo a fin de evitar auto-castigarte, destrabar el proceso del duelo y encontrar el camino al auto- perdón y el equilibrio emocional. Un terapeuta calificado puede ayudarte específicamente a vencer los sentimientos de culpa que no puedes manejar solo.

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7 Comments

  1. Nancy 9 de febrero de 2023 at 16:49 - Reply

    Es extraño como en este proceso de duelo, sólo puedas recordar las tantas veces que cometiste errores con los que ya no están y suprimir aquellas buenas acciones que tuvimos. Aunque sabemos que sólo fue su cuerpo el que murió, que su espíritu está vivo en otro plano, la idea de no compartir más con ellos, que no podamos demostrar más de lo que demostramos, es lo que más duele. Sabemos que no es tal como la pinta nuestra mente, pero de alguna manera caemos en estas curvas emocionales de culpa, quizá, para aprender a vivir sin ellos y mejorar nuestras acciones con los que aún están. :(

  2. Claudia 1 de febrero de 2016 at 17:41 - Reply

    Si, la culpa es terrible, porque cuando la persona muere lo primero que recuerdas son las veces que se disgustaron, que lo trataste mal, que no lo comprendiste, que no le dijiste te quiero, ese ultimo día que no le abrazaste. O ese día en que no lo acompañaste al medico, porque te dio pereza, porque no quisiste, todo eso se viene encima como una gran ola.

    Es tan difícil, después de un año, aun siento culpas y me martirizan, días mas…días menos, pero están ahí siempre en la mente.

    Gracias por la información….

    • Florencia 2 de febrero de 2016 at 13:20 - Reply

      Hola Claudia, la culpa es una emoción frecuente en el proceso de duelo… siempre sentimos que podríamos haber hecho más por el ser querido. Sin embargo, poco a poco a medida que vamos desandando este camino vamos haciendo las pases con estos asuntos que han quedado pendientes. En caso de sentir que es una culpa intensa que no te permite elaborar tu proceso de duelo saludablemente es sugerible acudir a la ayuda de un profesional con quien puedas hablar sobre estos conflictos que han quedado sin resolver. Deseamos que este artículo te sea de ayuda. Un abrazo

  3. THAIS MA. ALVAREZ TORRES 18 de julio de 2015 at 20:04 - Reply

    Gracias por todo el apoyo que me han brindado. Ha sido de mucha ayuda para mì. No tengo rabia ni ira, sino un dolor intenso, quisiera haberme ido con mi esposo que falleciò en enero. Las terapias que uds indican son muy buenas y de gran ayuda emocional. Con el apoyo de mis hijos, nietos y los consejos que uds nos dan y por supuesto con toda la FE que me dice que EL està en un lugar Privilegiado; voy tratando de superar poco a poco este inmenso dolor. Otra cosa que me ayuda mucho son mis Oraciones personales, Asistencia a Oficios Religiosos y frecuentar los Sacramentos. Todo esto me da mucha Paz. De nuevo Muchas Gracias y Miles de Bendiciones

    • Florencia 20 de julio de 2015 at 05:37 - Reply

      Hola querida Thais. Muchas gracias por tus bellas palabras hacia nosotros. Nos reconforta saber que podemos serte de ayuda en este camino de duelo. Recuerda que el amor, la paciencia y el respeto hacia ti misma será primordial en este proceso de duelo. Te enviamos un fuerte abrazo.

  4. Angela 2 de enero de 2015 at 17:56 - Reply

    cuando fallecio mi esposo ,que desde que murió su madre estaba con depreciones, me sentí culpable, sentí comentarios horribles de parte de la misma familia tuve que hacer terapia y superarme dia a dia.

    • Florencia 5 de enero de 2015 at 05:20 - Reply

      Hola Angela. Gracias por compartir tu experiencia respecto a este sentimiento frecuente durante el proceso de duelo. Como lo has hecho tú, la terapia es un gran recurso que ayuda a superar esta culpa y comprender profundamente qué es lo que nos sucede. Un fuerte abrazo

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