La pérdida de una mascota puede ser la primera experiencia de muerte para el niño.
Los más pequeños de la casa suelen tener una relación de gran cariño y compañía con las mascotas por lo que su pérdida será en muchas ocasiones, la primera vez que deban aprender a lidiar con el dolor y el enojo que les produce la muerte. Pero ¿cómo podemos ayudar a nuestros hijos a afrontar esta pérdida de una manera positiva?
SÉ CLARO. Dependiendo de la edad de tu hijo, utiliza un lenguaje claro y sin eufemismos para comunicarle esta muerte. Evita frases tales como “se fue a dormir”, “está de viaje”, “se escapó”, etc. ya que sólo hará que tu hijo se sienta aún más confundido y asustado, no sólo porque tendrá la falsa esperanza de que algún día vuelva, sino también porque generará un gran temor de que otros seres queridos puedan experimentar lo mismo al dormir, irse de viaje, etc. Sé que no quieres ver sufrir a tu hijo pero debes hablarle con honestidad para que luego no se sienta traicionado al enterarse de la verdad.
OFRECELE REALIZAR UNA CEREMONIA. Habla con tu hijo sobre la posibilidad de hacer una ceremonia funeraria para la mascota. Explícale qué situaciones debería esperar en esta ceremonia para que así no se sienta asustado o impactado. Los funerales serán de gran ayuda para toda la familia no sólo porque permitirán dar comienzo a este proceso de duelo sino porque todos sus miembros encontrarán un espacio donde expresar y compartir sus emociones más profundas. Luego de esta ceremonia, puedes crear junto a tu hijo un recuerdo para la mascota ya sea mediante un collage, un álbum de fotos, un cuento, etc.
PERMÍTELE EXPRESARSE. Respeta el dolor de tu hijo así como las formas que tenga de canalizarlo, siempre que no se trate de actitudes autodestructivas. Expresando tu propio dolor puedes tranquilizarlo de que la tristeza es normal en situaciones como estas… Cada persona experimenta esta pérdida de una manera distinta de acuerdo a sus propios recursos personales por lo que no compares tu dolor con el de tu niño. Bríndale un ambiente seguro y comprensivo en el que, lejos de la culpa y la vergüenza, se sienta libre de expresar abiertamente sus sentimientos. Déjale saber que es absolutamente normal que sienta esta pena por el compañero de juegos y aventuras que ha perdido.
QUÍTALE LAS CULPAS. Tu hijo puede culparse a sí mismo, a sus padres o al veterinario por no cuidar debidamente de la mascota. Es normal que los niños se sientan culpables de la muerte de la mascota ya sea por algo que han dicho, pensado o hecho. Debes dejarle totalmente en claro que no tiene ningún tipo de responsabilidad sobre su muerte ni se trata de un “castigo” por sus acciones… Responde a todas sus preguntas, temores e inquietudes tranquilizándolo en todo momento sobre esta culpa que siente así como los sentimientos que usualmente podría experimentar en este proceso.
NO TE APRESURES. Es usual que sientas que la muerte de tu mascota ha dejado un gran vacío en la casa y, sobre todo, en la rutina de tu hijo. Ya no tiene con quien jugar, quien lo busque para pasear, ni quien lo reciba cada día en la puerta de la casa al volver al colegio. Sin embargo, no debes apresurarte para buscar una mascota nueva si aún no has logrado llorar lo suficiente para sanar esta pérdida. Tu hijo necesita tiempo para recuperarse de esta ausencia y llorar todo lo que sienta necesario. Si enseguida propones a tu hijo ir en búsqueda de una nueva mascota para la casa no estarías dándole un buen mensaje, ya que le dirías que la tristeza de una pérdida simplemente se supera mediante un “reemplazo”.
¿Te ha tocado pasar por esta experiencia con tu hijo? ¿Cómo lo manejaste? Coméntanos…
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