Transcripción del Audio de la Entrevista:
«A uno lo primero que le surge es dar consejos, pero bueno me enseñaron que no hay que dar consejos, te digo lo que yo hice. En el caso nuestro de mi mujer y mi hija, lo que hicimos fue ir por un lado a una terapia específica de duelo. No es lo mismo un terapeuta de duelo que un terapeuta común, de pareja, de familia, de niño, nada. Porque es como que si te duele el pie fueras al oftalmólogo o el ejemplo que quieras, porque escuchamos cosas en los Grupos de Renacer que les llegaron a decir cualquier «verdura«. Llegaron a decirles a usted le conviene ir a caminar o a usted le conviene no verse con nadie. Los psicólogos que dan consejos y dicen cualquier cosa: “a usted le conviene contestarle mal a su marido”, no sé cualquier cosa. Pero bueno el psicólogo puede decir cualquier cosa porque hay buenos, hay malos.. hay de todo.
La terapia de duelo es una terapia específica que tiene que ver con esto y no es otra, eso es fundamental. En el caso nuestro de papás que perdieron hijos, Renacer para mí es lo mejor porque nadie te entiende, ni los psicólogos, como alguien que le pasó lo mismo. Entonces no me importa si es egresado de Harvard o el filósofo más importante del mundo; el abrazo que te da la persona más humilde que exista es mejor que la mejor frase del mundo. Si alguien te abraza y dice: “yo te entiendo porque estuve en la misma”, “yo voy caminando y me pongo a llorar solo y no me importa nada” y que te diga: “a mí me pasó lo mismo”. Esa frase y ese abrazo es mejor, es decir, el acompañamiento.
Un tema fundamental son los que están más cerca, qué se hace. Las tres patas que me ayudaron a mi fueron la psicología, el Grupo Renacer y los libros. Hay libros muy buenos, obviamente quien no está en tema no leyó a nadie, porque hay tantas cosas para hacer en la vida que a nadie se le va a ocurrir leer esto. Las personas que acompañan al doliente tienen que acompañarlo. Primero no dar consejos ni decir palabras huecas: “Dios se lo llevó por angelito”, “Te entiendo porque a mí se me murió el perro”, pueden llegar a decir cualquier «pavada» y nosotros estamos muy hipersensibles al momento, entonces cualquier cosa que nos dicen nos pone peor porque decís: cómo me podes decir que estás triste porque se te murió el perro; yo en otras circunstancias te puedo entender que estés triste por eso, o porque me quedé sin trabajo o porque me divorcié pero la muerte de un ser querido no se compara con nada. Entonces te entiendo, escuchar y acompañar de la manera más simple y escuchar. La persona que está mal es la otra no soy yo, entonces no tengo que dar consejos ni decir frases hechas. Por ejemplo a una mamá le pasó: “lo que te convendría es conseguirte un novio”, es decir, qué tiene que ver; está separada hace diez años y con conseguirse un novio no se resuelve. O a los papás que se les murió un hijo bebé, les dicen: “te convendría tener un hijo rápido”, nada reemplaza. La fundadora de Renacer Graciela Cantero de Capital, se le murió su bebé e instintivamente quiso tener un hijo y cuando le dan a su hijo dice “este no es mi hijo, mi hijo era el otro” y medio que le produjo rechazo y vos decís pobre chico que tuvo que «bancarse» esto. O “dale más bolilla a tu otro hijo”, que nadie de consejos porque es muy personal, el duelo es individual, no es «vamos todos juntos». En la pareja, uno quiere estar todo el día en la pieza, el otro quiere estar todo el día en el parque.»
Ver otro extracto de la Entrevista: ¿Que factores influyen en la elaboración personal del duelo?
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