La pérdida de un ser querido es uno de los eventos más estresantes que deberá afrontar una persona en algún momento de su vida.

La pérdida de un ser querido es una experiencia universal que todo ser humano sufrirá una o más veces en su vida, a esto llamamos Duelo.  A pesar de ser universal, cada duelo es absolutamente individual… no hay un modo único de experimentarlo así como tampoco habrá una fecha exacta de finalización. Los sentimientos, pensamientos, reacciones y desafíos vinculados a esta ausencia serán absolutamente personales como lo son también las herramientas individuales que tiene cada doliente y el vínculo que lo unía a la persona fallecida.

En este artículo queremos ayudarte a comprender qué es el duelo y qué tareas no debes dejar de hacer para transitar un proceso de duelo saludable con la finalidad de que puedas construir una nueva relación con tu ser querido fallecido basada en el amor y los buenos momentos compartidos. ¿Estás preparado? Aquí va.

¿Qué es el Proceso de Duelo?

Si buscamos en el diccionario la palabra «Duelo» encontraremos esta definición: “dolor, lástima, aflicción o sentimiento» o más ampliamente como: «demostraciones que se hacen para manifestar el sentimiento que se tiene por la muerte de alguien”. Desde la Psicología, se considera una reacción emocional normal que experimenta una persona tras la pérdida de un ser querido o de un objeto significativo. Sin embargo, no se trata de una tarea para nada fácil en una sociedad que exige lo mejor de nosotros y que no sabe qué hacer frente al dolor.

El duelo es la reacción normal que experimenta una persona tras la pérdida de un ser querido o de un objeto significativo.

El proceso de duelo es un camino difícil de atravesar. Sin embargo, es un proceso vital que todos necesitamos elaborar tras una pérdida significativa para así reconstruir un mundo que quizás se haya hecho pedazos tras esta ausencia.

En este camino de gran compromiso físico y emocional, el doliente atravesará una multiplicidad de sentimientos… puedes sentirte sorprendido, ansioso, triste, temeroso, enojado, entumecido e inclusive aliviado después de esta pérdida. Es posible que tengas problemas para dormir, se te cierre el apetito o que no tengas la concentración suficiente para cumplir con tus responsabilidades domésticas y/o laborales. Cada uno construirá su propio viaje de sanación, en su propio tiempo y en su propio camino. Este proceso también requiere poder afrontar los cambios que produce en nuestra vida: reorganización de la escala de valores, reinvención de la relación con la persona fallecida, creación de nuevos proyectos, etc.

En este sentido, Sigmund Freud en su escrito “Duelo y Melancolía” asegura que el proceso de duelo posee 4 características:

  • un estado de ánimo de intenso dolor,
  • una pérdida de la capacidad de amar,
  • una pérdida del interés respecto al mundo exterior y
  • una inhibición de las funciones psíquicas.

También afirma que ante la ausencia del objeto amado se demanda que la libido abandone sus relaciones con el mismo. Sin embargo, surge una resistencia natural a cualquier tipo de abandono. Es posible que en algunas ocasiones esta resistencia sea tan intensa que el doliente intente huir de la realidad pero usualmente la realidad de la pérdida termina imponiéndose llevándonos poco a poco a la resolución de este duelo, es decir, a la sana reinversión de esta libido en otro objeto. Por lo tanto, el doliente requiere de tiempo y un gran compromiso físico y emocional para recuperar la libido depositada sobre quien ha fallecido.

Lejos de lo que suele pensarse, el proceso de duelo puede desencadenarse no sólo por la muerte de un ser querido sino también por otro tipo de pérdida que involucre a un objeto significativo para el doliente. Sobre las pérdidas que están implicadas en el duelo, te recomendamos leer el siguiente artículo:  ¿Qué pérdidas pueden ocasionar un duelo?.

Las 4 Tareas Ineludibles en el Proceso de Duelo

Dr. J. William Worden

Dr. J. William Worden

William Worden nos habla de cuatro tareas que todo doliente debe realizar para elaborar su proceso de duelo.

El duelo es un proceso único y desafiante en donde cada una de las emociones implicadas nos ayudan a llegar a un acuerdo con la pérdida y aprender a integrar el significado de la misma en nuestras vidas. El Psicólogo J. William Worden, uno de los profesionales más reconocidos por sus aportes sobre el duelo en niños y adultos, sostiene una teoría famosa que habla sobre las tareas principales e ineludibles del duelo que no siguen un modo lineal sino que, en ciertas ocasiones, es posible que vuelvan a ser experimentadas por el doliente. Aquí te explicamos cada una de ellas.

TAREA # 1: Aceptar la realidad de la pérdida.
Una de las primeras reacciones de quien ha perdido a un ser querido es el shock y/o la negación. Inmediatamente después de la pérdida existe una esperanza de reencuentro y una fuerte sensación de incredulidad que, por lo general, es de corta duración. Tu mente puede pretender fingir que la muerte en realidad no ha sucedido como un mecanismo de defensa que busca administrar y elaborar en pequeñas dosis una realidad que se muestra dolorosamente abrumadora. Frases tales como “esto no me está pasando” o “es imposible, yo lo he visto hace unas horas” son tan sólo algunas de las reacciones más usuales.

Se experimenta una profunda sensación de irrealidad por lo que la primera tarea del duelo es comprender tanto racional como emocionalmente que la persona ha fallecido y que, por lo tanto, no volverá. En este sentido, los rituales funerarios son de gran ayuda ya que enfrentan al doliente a la realidad de la pérdida. La aceptación intelectual de esta muerte marca el momento en el que estamos listos para comenzar nuestro viaje de sanación. La negación de este fallecimiento, de su significado así como de su irreversibilidad prolongan el proceso de duelo. Si hacemos caso omiso a esta tarea, estos sentimientos no desaparecen sino que los estaremos acumulando en nuestro corazón. Reconociéndolos y hablando de ellos, tenemos la oportunidad de entenderlos y ponerlos en perspectiva.

TAREA # 2: Elaborar el dolor del duelo.
A veces resulta tentador evitar el dolor que implica esta ausencia evadiéndote tras decenas de actividades que te impiden detenerte unos minutos a reflexionar, explorar y experimentar estas emociones. Entonces comenzamos a escuchar frases tales como “debo ser fuerte” o “debo mantenerme ocupado para así no pensar más en ello”. El procesamiento del dolor por la pérdida es una tarea ineludible que todo doliente debe asumir para elaborar saludablemente esta ausencia y evitar prolongar el dolor a través de un intenso sufrimiento que podría afectar la salud física y emocional. Debes permitirte experimentar y expresar tus sentimientos. La ira, los insistentes recuerdos, la impotencia, la soledad, la tristeza y la ansiedad son algunos de los sentimientos usuales durante este camino de duelo. Así mismo, este proceso puede causar agotamiento físico y mental, pérdida del apetito, trastornos en el sueño, dolores musculares y dificultad para concentrarse y tomar decisiones.

Es esencial que durante esta etapa emocionalmente tan exigente tengas especial atención en tu cuidado personal como, por ejemplo, comer bien, dormir lo suficiente, hacer actividad física y pasar tiempo con otras personas de confianza. En este caso, la compañía y escucha atenta de nuestros seres queridos será tan esencial como la contención de un profesional especialista en duelo o bien de un grupo de apoyo. Recuerda que muchas veces nuestros seres queridos no saben qué hacer ni qué decir frente al dolor que nos abruma. Procura expresarles cuáles son tus necesidades en este camino de duelo así como la forma en que pueden ayudarte para hacer más liviana la rutina diaria. William Worden no descarta que estos sentimientos puedan reaparecer en algunas ocasiones como, por ejemplo, cuando enfrentamos aniversarios, cumpleaños, eventos familiares, etc.

TAREA # 3: Adaptarse a un nuevo mundo sin el ser querido.
Tras la pérdida de un ser querido, es esencial que el doliente elabore su proceso de duelo para así llevar adelante los ajustes internos y externos necesarios para adaptarse a una nueva vida sin quien ha fallecido. Cuando un ser querido muere puede haber asuntos diarios que solía hacerlos él o ella y que ahora estarán a tu cargo. Esta reorganización y redefinición se produce a medida que empezamos a identificar y ocupar aquellos roles antiguamente asumidos por la persona fallecida como, por ejemplo, la crianza de los niños, el pago de facturas, la resolución de tareas domésticas, etc.  Es posible que sientas temor, culpa o enojo por tener que desarrollar nuevas habilidades y asumir roles que antes eran realizados por el difunto. Inclusive la complejidad de esta tarea puede volverse especialmente difícil cuando la persona fallecida tenía un rol importante en nuestra vida cotidiana.

Nuevo Rol tras la Pérdida

Nuevo Rol tras la Pérdida

En aspectos legales, financieros, contables, etc. es posible que requieras ayuda y/o asesoramiento profesional pero también deberás asumir otras tareas en las que finalmente sentirás un gran orgullo de ser capaz de superar los desafíos implicados. Este proceso de reajuste se llevará adelante al mismo tiempo que se reconocen las implicancias de la pérdida para así poco a poco alcanzar un acuerdo con todos los vacíos, reales o simbólicos, que esta ausencia física ha creado en nuestra vida.

TAREA # 4: Reubicar emocionalmente al ser querido fallecido.
La última tarea señalada por William Worden consiste en relocalizar emocionalmente al ser querido fallecido en nuestra vida construyendo con él o ella un nuevo vínculo basado en el amor y los recuerdos compartidos. Esta reubicación consiste en moverse desde los sentimientos de pérdida y anhelo hacia nuevos sentimientos que nos permitan ser capaces de mantener el recuerdo de esa persona en nuestro corazón de un modo que nos posibilite seguir viviendo sin ellos. Por lo tanto, esta tarea implica poco a poco dejar de invertir una gran cantidad de nuestra energía emocional en la relación con el difunto para reinvertirla en otras personas, actividades o relaciones. Esto no implica que olvidemos a quien ha fallecido ni mucho menos implica deshonrar su memoria o amarlo menos que antes. Esto significa permitir los recuerdos pero al mismo tiempo permitirnos participar en las actividades que son significativas para nosotros y que nos dan placer. Para J.W. Worden, el incumplimiento de esta tarea implica no vivir ¿Por qué? Porque, a pesar del inmenso dolor que deja esta pérdida, es esencial para el doliente continuar viviendo con un sentido de propósito. Se trata de mantenerse conectado con el difunto disfrutando de su vida al traer a la memoria los recuerdos, pensamientos y sentimientos de la persona amada sin por ello olvidar que hay otras personas, actividades y cosas que amabas o te producen interés.

William Worden considera que estas 4 tareas son esenciales para que el doliente haga los ajustes necesarios a fin de adaptarse a una nueva realidad sin la presencia de su ser querido. Se trata de un modelo flexible que anima al doliente a tomar un enfoque activo para elaborar su proceso de duelo. Respecto a la importancia de llevar adelante estas tareas de duelo, la Tanatóloga y Consejera Profesional Edu Emilia Sáez en una entrevista con Manejodelduelo.com no duda en afirmar que “es importante que las emociones, pensamientos y las ideas estén expresadas en algún momento ya sea hablándolo, escribiéndolo, dibujándolo… Hay que buscar avenidas para poderlos expresar”.

Sin embargo, William Worden no duda en afirmar que la intensidad de las emociones implicadas así como el tiempo establecido para estas tareas dependerá de cada persona en particular, sus recursos personales y el vínculo que lo unía a la persona fallecida, entre otros factores. Es posible moverse hacia atrás y hacia adelante en las tareas por lo que no necesariamente tienen que ocurrir en el orden lineal en que se describen. Las emociones implicadas en este proceso de duelo son dolorosas pero necesarias para poder adaptarnos a una nueva realidad… Si no lo haces, permanecerás atrapado en el proceso de duelo sin poder resolver el dolor que ha dejado esta pérdida. Abraza al dolor, aprende de sus lecciones e incorpora esta sabiduría en tu vida… Sólo cuando hayas completado estas tareas estarás listo para empezar a construir un nuevo camino de vida al mismo tiempo que incorporarás el profundo amor que sientes por tu ser querido fallecido.

FUENTES:
httpss://www.foh.hhs.gov/NYCU/grief.pdf
https://www.maine.gov/suicide/docs/Survivor-Kit/Tasks-Grief.pdf
https://www.medicinenet.com/loss_grief_and_bereavement/page2.htm
Entrevista de Manejodelduelo.com a la Tanatóloga y Consejera Profesional Edu Emilia Sáez. Año 2014. 

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9 Comments

  1. ana belen 7 de marzo de 2022 at 10:06 - Reply

    aceptar la realidad de la perdida , elaborar el dolor del duelo , adaptarse a un nuevo mundo sin el ser querido , reubicar emocionalmente al ser querido fallecido.

  2. María Isabel 16 de octubre de 2021 at 03:41 - Reply

    Muy interesante

  3. María Isabel 16 de octubre de 2021 at 03:41 - Reply

    Muy interesante

  4. JULIO CÉSAR 21 de noviembre de 2015 at 09:44 - Reply

    Excelente material, el cual lo comparto con personas que atraviesan por esta situación.Gracias que Dios los acompañe siempre.

    • Florencia 23 de noviembre de 2015 at 05:56 - Reply

      Gracias a ti Julio por estas palabras. Deseamos que sea de gran ayuda. Un fuerte abrazo

  5. sonia ulloa 18 de septiembre de 2015 at 11:35 - Reply

    Lo leere detenidamente. Es que la perdida fue de mi hijito,

    • Florencia 21 de septiembre de 2015 at 06:02 - Reply

      Querida Sonia, deseamos desde aquí poder serte de ayuda en este camino de duelo que estás transitando tras la pérdida de tu hijo. Con amor, paciencia y comprensión hacia ti misma es posible reconstruir con tu niño un nuevo vínculo basado en el amor y los gratos momentos compartidos. Un fuerte abrazo

  6. Lucía Mejía Velázquez 7 de septiembre de 2015 at 13:19 - Reply

    Excelente artículo muy entendible y muy claro

    • Florencia 8 de septiembre de 2015 at 11:12 - Reply

      Gracias querida Lucia. Nos reconforta saber que te ha sido de ayuda. Un fuerte abrazo

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