Cuando se muere un ser querido sentimos que el dolor inunda nuestra alma y nuestro cuerpo. Durante el primer tiempo será normal que nos sintamos tristes y desganados pero no es saludable continuar con este estado de ánimo por un período prolongado. Pero ¿cómo podemos encontrar algo positivo en esta situación de dolor? La vida y la muerte van de la mano y debemos aprender a convivir con esta ausencia sin sentir que nuestra vida se va con ese ser querido que se murió.Crecer forma parte de la vida y muchas veces este crecimiento estará acompañado por el sufrimiento. Sin embargo, quedarnos en este dolor y sumergirnos en él no nos es útil. Crecer implica aceptar la realidad que nos ha tocado, incluyendo en ella los momentos de tristeza, para poder así vivir el duelo sanamente con un compromiso fuerte hacia la vida y hacia quienes te aman.
Cuando un ser querido se muere y estamos en proceso de duelo tenemos dos opciones: elaborar positivamente esta pérdida enfrentando y aceptando esta triste noticia o pensar que nunca más podremos superar este dolor sin poner esfuerzo alguno en salir adelante. Se trata al fin y al cabo de una actitud ante la vida en las que podemos encontrar una nueva oportunidad para reorganizar nuestra escala de valores y nuestro sentido de la vida. Nunca olvides que, aunque al principio te parezca difícil de creer, este dolor y sufrimiento puede convertirse en una oportunidad única para avanzar en el camino del crecimiento y la maduración pero sin odio ni rencor sino seguir el camino de la vida en armonía contigo mismo y con quienes te rodean.
La clave de esta elaboración positiva de la pérdida es ¿qué quiero para mi vida, quiero seguir sufriendo y llorando o quiero asumir esta pérdida y transitar el camino de la vida con un nuevo aprendizaje de superación personal? La respuesta está en ti y no dudes en que puedes lograrlo.
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Yo viví en primera persona la muerte por suicidio, de la hija de una compañera de trabajo, Tenia 17 años, y ella y su novio se tiraron desde lo alto de un edificio.
Aquí, y en estas situaciones, es muy difícil, aconsejar, consolar, intentarte poner en la piel de la otra persona, pero lo peor es hablar, yo recuerdo las preguntas de esa madre, y el sin sentido de esa muerte,
Necesariamente, esa madre, esos padres, deben acudir, a un profesional sin duda.
Hay tantas preguntas, sin respuestas
Que casi nadie puede dar consuelo. Es demasiado duro de aceptar.
Teresa
Hola querida Teresa. El duelo por suicidio es un duelo especialmente complejo ya que no sólo se encuentra marcado por la condena social sino que también se experimentan mayores sentimientos de culpa mientras surgen muchas preguntas sin respuestas que incrementan aún más esta angustia como, por ejemplo, ¿qué podría haber hecho?, ¿cómo no pude evitarlo?, ¿cómo no me di cuenta?, etc. Como acompañante en su duelo, lo mejor que puedes hacer es escucharla respetando sus emociones y brindarle ayuda en las tareas laborales para hacer este regreso al trabajo un poco más liviano. Un fuerte abrazo
También es importante, recordar que nuestros seres queridos no se llevan con ellos nuestra capacidad de amar, y con ella podemos hacer mucho bien a otras personas, lo cual nos ayuda a sentir que estamos de nuevo en la vida, sin olvidar al fallecido, sino encauzando de forma positiva los sentimientos por su ausencia
Querida Rebeca estamos absolutamente de acuerdo con lo que dices. Luego de la pérdida de un ser querido, poco a poco el proceso de duelo nos ayuda a ir avanzando en este camino encontrando un nuevo sentido a la vida sin que esto signifique que olvidemos a nuestro ser amado fallecido. Un fuerte abrazo