La escuela, luego del hogar, es el espacio de contención más importante del niño cuando se produce la pérdida de un ser querido. Los docentes serán personas de confianza que los estudiantes percibirán como una fuente de apoyo para las horas que están en la escuela. Sin embargo, la reintegración en la comunidad escolar puede ser muy difícil para un niño que ha experimentado esta triste noticia. Los maestros y directivos escolares pueden tomar algunas medidas para ayudar al estudiante a reencontrarse con su antigua aula y sus compañeros en el contexto de una confusa mezcla de pensamientos, sensaciones y sentimientos nunca antes experimentados.

 

ESCUCHE AL ESTUDIANTE EN DUELO

Los maestros no deben tener miedo de hablar con el niño sobre la muerte de su ser querido.

 

La escuela no es sólo un lugar para aprender sino también un espacio de contención donde los estudiantes pueden compartir sus vidas con otros. Por lo tanto, para el niño es muy importante saber que puede encontrar allí profesores con quienes hablar y contar su tristeza en el marco de una relación basada en la confianza y el respeto mutuo. El personal escolar debe mostrarse abierto y dispuesto a escuchar sus sentimientos y pensamientos así como las anécdotas que el niño cuente sobre este ser querido. Para ello se deben crear oportunidades para que el alumno pueda expresar sus dudas y sentimientos acerca de la muerte. Se trata de escuchar más que de hablar aunque siempre se buscará responder todas las preguntas que tengan para hacer sobre el proceso de la muerte.

 

DISCUTA EN CLASE SOBRE EL DUELO

Para los compañeros del doliente puede ser difícil saber qué decir y cómo reaccionar ante esta muerte.

 

Luego de que la escuela se haya comunicado con la familia para obtener permiso para compartir esta noticia en el aula, los maestros deben hablar sobre el proceso de duelo en la clase y reflexionar con ellos sobre las dificultades que atraviesa un niño luego de una pérdida. Como plantea la Lic. Ana Luisa Durán Ávila en su tesis “Los niños y el tema de la muerte. Educación Tanatológica Básica”, es primordial incluir la problemática de la muerte en las escuelas para que los niños comprendan los tres componentes principales de la misma: la irreversibilidad, inevitabilidad y universalidad. En este espacio también se deberán señalar los posibles cambios de comportamiento del doliente así como disipar cualquier duda que los estudiantes tengan entorno a la muerte y a cómo se sienten ellos mismos motivándolos a compartir sus propias experiencias entorno a esta problemática.

 

MUESTRE MAYOR FLEXIBILIDAD

El regreso del niño a la escuela puede resultar difícil en momentos en donde su mente está concentrada en elaborar la pérdida de su ser querido.

 

El regreso al aula le permitirá progresivamente ir retomando la rutina que poseía antes de esta muerte brindando una mayor previsibilidad y normalidad. Sin embargo, durante la jornada escolar el doliente mostrará una menor capacidad de atención al igual que mayores dificultades para realizar sus tareas. Se muestran distraídos fácilmente por cualquier movimiento en el aula ya que están pensando en la persona que se ha ido. Inclusive podrán olvidarse de hacer la tarea o de las fechas de entrega de proyectos debido a que están atravesando un sinfín de preguntas y emociones entorno a esta muerte. Por lo tanto, es importante mostrar una mayor flexibilidad brindando plazos más prolongados para la entrega de trabajos o bien permitir un tiempo adicional para que el niño realice el examen.

 

BRÍNDELE MOMENTOS DE DESCANSO

Cuando el niño siente que los recuerdos de su ser querido están ocupando gran parte de su concentración es importante que el maestro lo deje salir unos minutos del aula.

 

Durante las primeras semanas, los estudiantes en duelo pueden sentirse observados por los maestros y compañeros del aula que quieren conocer cómo va procesando el dolor de esta pérdida. Además, junto con esta presión, sienten miedo de ser abrumados por la tristeza y llorar delante de sus compañeros. Los arrebatos repentinos de llanto son muy usuales durante las primeras semanas en las que su pensamiento está dominado por la ausencia irreversible de este ser querido. Para ayudar en estas situaciones, el maestro debe acordar con el niño momentos de salida del aula para que pueda tener un tiempo de tranquilidad en el cual expresar sus emociones y hacer frente al dolor. Para no llamar la atención del resto de la clase, pueden elegir un objeto o crear palabras claves con el estudiante que indiquen la necesidad de salir por unos minutos.

 

PERMITA LLAMADAS CORTAS

Luego de la muerte de un ser querido, el niño experimenta un profundo temor de alejarse de sus seres queridos ya que siente que les puede suceder lo mismo.

 

Los niños temen que sus familiares más queridos también se mueran por lo que puede ser de gran ayuda permitirles realizar llamadas telefónicas cortas que los tranquilicen respecto a que todo está bien con ellos. Luego de la muerte de un ser querido el miedo del niño es quién va a morir después por lo que muestran temor a separarse de sus padres luego de una pérdida. Se preocupan por su futuro próximo, quién podrá cuidarlos y cómo podrá proteger a su familia para que no le pase nada malo. En este sentido, es primordial estar en contacto permanente con los padres para ayudar entre ambos a la mejora del estudiante. Esta comunicación debe tratar sobre los avances y/o dificultades del niño durante las horas escolares así como conocer más sobre los sentimientos y conductas que tiene fuera del colegio. También se debe informar a los padres sobre cualquier signo de alerta así como los procedimientos utilizados en el aula para ayudarlo en su rendimiento escolar.

 

ACOMPÁÑELO EN FECHAS ESPECIALES

Las fechas especiales suelen reavivar con mayor profundidad sentimientos vinculados a este ser querido.

 

Para el niño lo que antes podía ser una fecha especial caracterizada por alegría y entusiasmo, ahora puede ser un día especialmente doloroso. El maestro debe hablar con el niño sobre cómo se siente y qué le gustaría hacer para homenajear a su ser querido.

Cuando se trate de cumpleaños o aniversarios es importante que los maestros acompañen al niño en estos momentos de gran tristeza diseñando tarjetas, dibujos, cartas o bien permitiendo otras actividades en donde él pueda canalizar la angustia producida por esta fecha.

El maestro sabe que la vida familiar del estudiante puede afectar notablemente su desarrollo dentro de la clase por lo que la muerte de un ser querido traerá inevitables consecuencias en el rendimiento escolar del niño que no podrá dejar de lado su dolor cuando ingresa al aula. Es importante mostrarle seguridad y comprensión para que lentamente vuelva a adaptarse a sus rutinas habituales en las que comenzará a disfrutar de sus horas escolares.

 

Fuente:

Lic. Ana Luisa Durán Ávila. Tesis “Los niños y el tema de la muerte». Educación Tanatológica Básica”.

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One Comment

  1. Iris Nava 26 de agosto de 2021 at 15:38 - Reply

    Por favor, espero puedan resolver mi duda, ya que su información me ha parecido muy, muy útil e importante. ¿Es/sería adecuado cambiar a un niño de colegio, después del fallecimiento de su madre? Según yo, no; pues a final de cuentas es un entorno (que aunque a distancia conoce) conocido pero pues no soy un profesional que tenga esos conocimientos. Ojalá puedan responderme.

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