La muerte de un hermano/a cambia profundamente nuestra vida sin importar la edad que tengamos. Ese vínculo tan especial y significativo que habíamos sabido construir se hace añicos en sólo un instante afectando la salud, el rendimiento, la autoestima y el comportamiento de los más pequeños de la casa. Este proceso de duelo se vuelve aún más complejo en un ambiente familiar donde los padres, visiblemente devastados por esta pérdida, no tienen fuerzas ni se sienten preparados para acompañar a los hijos sobrevivientes en este proceso… Los hermanos en duelo deben enfrentarse a la habitación vacía, a los juegos que solían compartir así como a aquellos tiempos libres que antes eran la oportunidad para construir complicidades.
En este artículo te brindaremos toda la información que necesitas sobre el proceso de duelo que atraviesan los niños al perder un hermano/a y cómo puedes ayudarlos en este camino emocional.
¿CÓMO REACCIONAN LOS NIÑOS LUEGO DE LA MUERTE DEL HERMANO?
La muerte de un hermano/a es un momento muy doloroso y vulnerable para los hijos sobrevivientes.
La pérdida de un hermano es una experiencia profundamente dolorosa por lo que, si los adultos no reconocen esto, podrían generar en el niño una mayor sensación de aislamiento haciéndoles sentir que ya no son queridos. Sé que tú también estás en duelo pero los niños son especialmente vulnerables, por lo que necesitan de sus padres para guiarse y apoyarse en un camino emocional realmente desconocido para ellos. Si durante las primeras semanas sientes que no tienes la fuerza necesaria para responder sus inquietudes, aclarar las confusiones y/o acompañarlo en su llanto, no dudes en pedir ayuda a otros adultos de la familia con los que el niño tenga confianza para que encuentre un espacio de contención y seguridad en el cual reposar. Escucha atentamente las palabras del Padre Mateo del Grupo de Apoyo «Resurrección» respecto a este duelo:
Por lo tanto, el niño va a experimentar y procesar esta pérdida de maneras diferentes y en distintos momentos de su desarrollo, luego de la muerte de su hermano. Es decir que, es usual que muchos años después de esta pérdida, tu hijo se encuentre revisando esta muerte intentándola comprender desde su perspectiva de desarrollo actual. Por lo tanto, cada niño tendrá diferentes mecanismos de adaptación así como habilidades personales para afrontar esta ausencia dependiendo de la edad, el concepto que tenga sobre la muerte, el tipo de vínculo que lo unía con su hermano, características personales, circunstancias de la muerte, contención familiar, etc.
En este sentido, la muerte de un hermano provoca en los niños sobrevivientes una multiplicidad de reacciones. Por un lado, habrá un sentimiento que será frecuente: la culpa. Conocido como el “pensamiento mágico”, los niños suelen hacer falsas suposiciones sobre las causas que han llevado a tu hijo a la muerte. Debido a la ambivalencia que caracteriza a la relación entre hermanos, él puede creer que su hermano murió por las discusiones que ellos solían tener, o bien porque le había deseado la muerte luego de una pelea. De esta manera, los niños asumen un grado de responsabilidad por esta pérdida… Procura corregir cualquier percepción errónea que detectes de manera inmediata ya que puede resultar muy destructivo para su proceso de duelo. No importa cuántas veces lo piense o lo diga, siempre déjale en claro que los desacuerdos son una parte natural en las familias por lo que nada de lo que él hizo o pensó pudo haber causado la muerte de su hermano.
Por otro lado, los niños se manifestarán ansiosos y confusos frente a un futuro que se muestra incierto. Los hijos sobrevivientes pueden preocuparse por su propia salud y por la del resto de su familia expresando un profundo temor de que pueda sucederles lo mismo que a su hermano. Inclusive pueden hablar sobre su temor de quedarse solos o alejados de sus otros seres queridos, por ejemplo, mientras están en el colegio…Sienten miedo de no volver a verlos. Procura calmar esta ansiedad brindándoles toda la información que necesitan sobre las causas de esta muerte así como mantén un contacto fluido con ellos durante el día para que tengan la tranquilidad de que todo está bien mientras se encuentran fuera de casa.
Además, luego de la muerte de un hermano, es usual que tu hijo se muestre reacio a retomar la rutina en el colegio manifestando conductas escolares hasta ahora inéditas en él. La escuela requiere de organización, energía, concentración y separación de los padres en un momento en el que todas las dimensiones de su cuerpo se encuentran centradas en comprender qué le ha sucedido a su hermano. Por lo tanto, el regreso a la escuela puede ser un ajuste realmente difícil, no sólo por estos desafíos personales sino además por la mirada o el trato “distinto” que podría tener tanto de los maestros, como de sus compañeros de aula.
No dudes en hablar con los maestros del colegio así como con los psicopedagogos de la institución para mantener una comunicación fluida respecto a las conductas de tu hijo durante el horario escolar. Plantéales la posibilidad de permitirle a tu niño hacer un llamado a tu casa o trabajo cuando lo necesite para tener mayor tranquilidad de que todo está bien. Además habla con tu hijo respecto a lo que debería esperar en su regreso a clase, las preguntas incómodas que podría recibir y las respuestas que podría brindarles. Déjale en claro que sus amigos de la escuela no tienen mala intención en sus inquietudes sino que sólo quieren saber qué le ha sucedido. Para conocer más sobre el rol de la escuela en este proceso de duelo te recomiendo leer “El Rol de la Escuela durante el Duelo de un Niño o Adolescente”.
¿CÓMO ACOMPAÑARLOS FRENTE A LA AUSENCIA DE SU HERMANO/A?
Los niños requieren del acompañamiento familiar para realizar su proceso de duelo.
La experiencia de perder a un hermano será realmente confusa para los niños que no sólo no comprenden cabalmente qué significa la muerte sino que además se pueden mostrar asustados frente a las reacciones emocionales de sus padres, abuelos o tíos… La muerte es una experiencia nueva para ellos por lo que, como todo lo desconocido, puede ser realmente aterrador ya que no saben qué esperar luego este doloroso suceso. Frente a esta incertidumbre, los niños en duelo buscan respuestas y seguridad en sus padres que, abrumados por el dolor, pueden mostrarse visiblemente impotentes para asumir este rol.
Infinitas preguntas sobre la muerte harán que los padres deban hablar con sus hijos una y otra vez sobre esta pérdida ayudándolos a entender y desandar el camino del duelo. Al igual que tú, ellos deberán trabajar cada día en un proceso de duelo especialmente complejo por lo que necesitan de un ambiente familiar estable y seguro en el cual poder elaborar esta ausencia. A continuación te brindamos algunas sugerencias para acompañarlo luego de la pérdida de su hermano:
CONVERSA. Muéstrate siempre disponible cuando tu hijo quiera hablar sobre lo que ha sucedido con su hermano fallecido. Debes estar preparado para escuchar un amplio abanico de preguntas. No tengas temor si no tienes la respuesta para todas sus inquietudes… En este camino de duelo están creciendo tanto en tu niño como en ti. No lo fuerces a hablar cuando no tiene deseos de hacerlo, muchas veces los más pequeños de la casa elaboran su duelo silenciosamente. En el juego, el dibujo y las palabras, el niño puede repetir, revalidar y volver a vivir esta pérdida.
SÉ HONESTO. Considerando la edad de tu hijo, debes hablar con él de manera clara sobre lo que le ha sucedido a su hermano. Evita los eufemismos tales como “Está durmiendo” o “Se fue de viaje” ya que le crearías temor de que algo similar pudiera sucederle a sus otros seres queridos cuando vayan a dormir o salgan de viaje. Si bien no es necesario dar detalles minuciosos respecto a esta muerte, debes contarle lo que ha sucedido dejando abierta la posibilidad de que te haga preguntas cuando lo desee. No dejes que el niño “rellene” esta historia con su propia imaginación, ni que crea que hay un secreto sobre esta pérdida ya que puede ser muy destructivo. Para conocer más sobre la compresión de la muerte de acuerdo a la edad de tu hijo no dejes de leer: “Comprensión de la muerte según la edad del niño”.
MANTEN SU RUTINA. Resiste la tentación de sobreproteger a tus hijos sobrevivientes por temor a que les suceda lo mismo. El colegio, las actividades deportivas, los horarios de comida, etc. conforman una rutina diaria que a tu hijo le brindará tranquilidad y estabilidad en un momento de gran incertidumbre. Sé que la casa ahora es un verdadero caos pero procura que otros familiares te ayuden para que tu hijo siga con su rutina habitual en un ambiente familiar que le ofrezca seguridad y cuidado.
TEN PACIENCIA. Los niños suelen hacer una y otra vez las mismas preguntas vinculadas a la muerte de su hermano, como si nunca hubieran escuchado la respuesta que le diste alguna vez. ¿Nunca más volverá? ¿Por qué se ha muerto? ¿Dónde está ahora? serán preguntas que se repetirán con frecuencia. Procura ser paciente con estas inquietudes… La realidad de la ausencia es realmente abrumadora para tu hijo por lo que poco a poco irá procesando su dolor. Inclusive es posible que te haga preguntas muchos meses o años más tarde debido a su propio crecimiento y maduración, como mencionábamos más arriba. Explícale con total honestidad lo que ha sucedido y no tengas temor de decirle que hay preguntas que aún no sabes responderle.
EMOCIONES INTENSAS. Reserva los estados emocionales de mayor intensidad para momentos de privacidad. Si bien no debes tener temor de mostrar tu dolor frente a tu hijo, es importante que conserves los llantos desesperados y los gritos desgarradores para cuando él no te vea, ya que podría asustarse. Si él te ve llorando explícale que esta ausencia es muy dolorosa para todos, por lo que es absolutamente normal sentirnos tristes y necesitar de la ayuda de los otros seres queridos. Para tu hijo es importante saber que los adultos también se sienten angustiados y que no hay nada de malo en ello. Permítete y permítele que exprese lo que siente. De lo contrario, podría sentir que no tiene libertad para hablar de esta pérdida o expresar su tristeza y confusión haciendo aún más difícil la sanación.
CONDUCTAS. Es usual que el niño exprese su duelo a través de la conducta como, por ejemplo, bajo rendimiento escolar, pérdida de interés en actividades, tristeza, regresión, rebeldía, insensibilidad emocional, miedo a lo desconocido, ataques esporádicos de ira, etc. Procura estar atento a estas señales de alerta. Si notas que con el paso de los meses no van disminuyendo en su intensidad, consulta con un psicólogo especialista en duelo. Además, para saber más sobre este tema te recomiendo leer “Duelo Complicado en Niños y Adolescentes”
RECUERDOS. Fomenta actividades que permitan ayudarlo a recordar a su hermano/a. Este vínculo permanecerá toda la vida sin importar la distancia física que los separe por lo que acompáñalo en su proceso de duelo encontrando maneras para celebrar la vida de quien ha fallecido así como la relación que los unía. Esto ayudará a continuar con el vínculo especial que tienen. Para obtener ideas que te permitan rememorar su memoria no dejes de leer “15 maneras de no perder la conexión con quien ya partió”.
FUENTE:
https://teacher.scholastic.com/professional/bruceperry/child_loss.htm
https://www.kidshealth.org.nz/helping-your-child-after-their-sister-brother-or-cousin-has-died
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